A propósito del concierto que ofrece Bajofondo el próximo viernes 17 de abril, en el Teatro de la Universidad de Medellín, recordamos una reseña escrita por Mónica Morales, productora de nuestra emisora:
Y, por fin, después de superar esa carrera de obstáculos que significa conseguir la visa, el viajero colombiano emprende su primera travesía fuera del continente. En la maleta van los tradicionales regalos para quien lo espera del otro lado, las chocolatinas, los confites de café, las brevas con arequipe y las latas de ajiaco. Nuestro viajero tiene un inglés decente, con el que espera defenderse en Berlín, Londres y París. Lo que él no se espera es tener que emplearlo para explicarle a los lugareños que el ser colombiano no significa que uno se sabe todos los vallenatos, o que la destreza al bailar y el mover los hombros no es algo que se gana con el registro civil de nacimiento. Algo parecido les ha pasado, a lo largo de estos años, a los Bajofondo. Pero, finalmente, parecen haber grabado un álbum que los define, más allá del tango y del Río de la Plata. Presente, una muestra de originalidad y consistencia.
Gustavo Santaolalla recuerda que, en un principio, Bajofondo Tango Club estaba pensado como un colectivo casual de artistas unidos por su interés en presentar las variantes de lo que sonaba en el Río de la Plata. Pero, a medida que se fortalecía la relación entre él y Juan Campodónico, Luciano Supervielle, Javier Casalla, Martín Ferrés, Gabriel Casacubierta, Adrián Sosa y Verónica Loza, se hizo evidente que este proyecto iba convertirse en una idea fija, un punto de encuentro y, sobre todo, una excusa para desafiar el concepto de tango electrónico. Por eso Bajofondo acortó su nombre aprovechando el lanzamiento, en 2007, de su segundo larga duración. Porque Mar Dulce se convertía en la carta de presentación de una banda de verdad, que quería desmarcarse de la etiqueta del tango.
Argentinos y uruguayos. Como la gran mayoría de las naciones suramericanas, los nacidos en el Río de la Plata son el resultado de un crisol entre los nativos americanos, los inmigrantes europeos y la descendencia de los esclavos africanos. Y a esa mezcla de acentos le apuntan los Bajofondo en su tercer larga duración, Presente. Pero, además de presentar su propia visión del tango, la murga, el candombé, el rock y la electrónica, sienten que, por primera vez, operan como una banda real, de la que se deriva un concepto musical que se tardó una década en madurar, y que hoy se expresa con energía, gracias tanto a los Bajofondo como a la banda sinfónica que los acompaña durante buena parte de Presente.
Presente, el tercer larga duración de los Bajofondo, es la mejor oportunidad para reencontrarse con una agrupación que ha permanecido en el tiempo gracias a la convicción de ocho artistas que han trascendido la idea de hacer música para bailar que tenga un aire tanguero. Y es en esos momentos en los que nuestros invitados abandonan los sonidos predecibles del bandoneón, cuando Presente expresa la verdadera identidad de Bajofondo, más allá de la personalidad de Gustavo Santaolalla y Juan Campodónico. Impredecible, consistente y apenas bailable, Presente se concentra en el ahora de una agrupación que parece haber encontrado su identidad, más allá de ese pasado que los ataba, ineludiblemente, al tango.